Mercedes ofrece postales de las antiguas fachadas de la arquitectura bonaerense entre las que se destacan los almacenes de ramos generales que permanecen abiertos como testigos de la historia. Rodeado de estancias típicas y pintorescos bodegones, la gastronomía local es uno de sus productos estrella, que homenajean año a año en sus fiestas populares.
Parque Municipal Independencia
Se trata de un inmenso espacio verde atravesado por el río Luján. El parque, que data del año 1914, propone un paseo entre réplicas de animales históricos y autóctonos hallados en las cercanías de la cuenca.
En el lugar funcionan canchas de rugby, fútbol y tenis, un circuito especial para ciclistas y un sector destinado a la gastronomía local para disfrutar comidas típicas al aire libre.
La Pulpería de Cacho Di Catarina
Construida en 1830, fue regenteada por varios propietarios hasta que, en el año 1910, Salvador Pérez Méndez, abuelo de Cacho Di Catarina reconocido como “el último pulpero”, tomó posesión. En el año 2004, fue declarada por la Municipalidad de Mercedes Patrimonio Histórico Municipal.
En el exterior, la fachada se conserva intacta con el palenque donde los reseros ataban sus caballos. Las paredes están edificadas con materiales de la época, en las galerías se pueden apreciar los pisos de ladrillos, la clásica bomba sapo y el aljibe en el patio.
El sitio, que funciona como casa de picadas donde se puede disfrutar del tradicional salame quintero y de las clásicas empanadas, recibe visitas de personalidades nacionales e internacionales. También se organizan peñas folklóricas y exposiciones.
Basilica catedral Nuestra Señora de las Mercedes
El templo, de estilo neogótico francés, presenta una torre central con campanario y un reloj en cada una de sus caras. El sitio, declarado Monumento Histórico Nacional, alberga la imagen de la virgen de las Mercedes y los restos del matrimonio Unzué, quienes fueron sus principales benefactores.
Pueblo Tomás Jofré
La localidad es reconocida por especialistas y visitantes como polo gastronómico de excelencia, donde los restaurantes de campo brindan destacadas elaboraciones criollas. Se trata de una parada obligada para comensales que disfrutan de un día de campo y de los productos que venden los artesanos locales.