“¡Prost!” suena al unísono en un brindis mancomunado. Son los hijos de los barcos que celebran su condición que es la de tener dos patrias en el corazón. Si observamos la provincia de Buenos Aires aún existen muchos rincones en donde se mantienen reservorios de riquezas culturales provenientes de los inmigrantes: las festividades, la gastronomía y la arquitectura. Coronel Suárez, hogar de colonias alemanas, es uno de ellos y a continuación te contamos algunas de sus localidades que no podes dejar de visitar.
Santa Trinidad
Ubicada a pocos kilómetros de la ciudad cabecera del partido, Santa Trinidad data del año 1887. Sus primeros habitantes provenían de la región del Río Volga y fundaron su primera colonia agrícola en la estación Hinojo. Algunos de sus lugares de interés turístico son: el Cristo Redentor, obra del catalán Antonio Bagué, la Avenida Libertad popularmente llamada “la calle ancha” (en dialecto alemán Vordere Gasse), donde se encuentran las instituciones, viviendas típicas y monumentos.
San José
Se trata de la segunda colonia que se fundó en las cercanías de la ciudad cabecera. Fueron 15 familias provenientes de las aldeas Delher y Vollmer, del Bergseite las que se asentaron en el lugar. En la actualidad, aún se conserva la mayor cantidad de viviendas típicas de la época y se pueden visitar algunos sitios históricos tales como la Iglesia San José Obrero. Además, aquí se celebra la “Kerb” que es una de las fiestas más antiguas y tradicionales de los Alemanes del Volga. Los festejos incluyen una misa y una procesión con el patrono San José.
Santa María
Ubicada a 15 kilómetros de Coronel Suárez, fue fundada el 11 de Mayo de 1887. Se trata de la colonia más alejada respecto a la cabecera del partido y más separada respecto a las otras dos colonias. Aquí, y durante la primera semana de marzo, se celebra la Strudel Fest, festividad que apunta a promocionar la gastronomía y la cultura alemana ofreciendo, entre sus principales atractivos, la elaboración a la vista de un strudel gigante (cincuenta metros de longitud) que luego es degustado por el público presente.
¡Cultura inmigrante!