CIELO, MAR Y TIERRA

Cielo, mar y tierra, no hace falta nada más. Anhelos de echarse a andar y descubrir cada lugar con ojos de turista. Camino al sur de la provincia se encuentra Tres Arroyos, una ciudad tranquila y singular, cargada de riqueza cultural y de la belleza y amplitud de sus playas. Te invitamos a conocer un lindo destino a visitar.

Tres Arroyos

Su nombre se debe a la confluencia de los arroyos Seco, Medio y Orellano, que desembocan en el Arroyo Claromecó, cuyas aguas viajan directo hacia el Océano Atlántico y cruzan todo el partido hasta desembocar en la costa. Con el estilo arquitectónico de finales del siglo diecinueve, las edificaciones de su patrimonio histórico imponen su belleza en las principales arterias de la localidad.

Sus playas: Claromecó, Reta y Orense

Amplias y óptimas para la pesca, las playas del partido de Tres Arroyos son paraísos agrestes de médanos que se encadenan entre los verdes del bosque. Aquí el sol demora en despedirse más que en otras costas, la sombra tarda en llegar y los veraneantes pueden extender su permanencia frente al mar.

Atractivos imperdibles: Salto de Christian y El Molino Holandés

Dos lugares curiosos en Tres Arroyos son el Salto de Christian y el Molino Holandés. El primero es un monolito que recuerda a un pescador que se transformó en leyenda debido a su estilo de vida ermitaño, luego de fugarse del barco que trasladaba presos al pasar por Claromecó. El segundo es un edificio típico holandés, cuyo espíritu representa el cobijo a los primeros inmigrantes de esa comunidad que se radicaron en Tres Arroyos y transmitieron sus costumbres de generación en generación.  

 

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