Inmensas lagunas y el río más ancho del planeta proponen experiencias conmovedoras en el ecosistema pampeano. Chascomús, Ensenada y Berazategui prometen contacto pleno con la naturaleza, la cultura criolla y postales que piden foto, foto, foto.
El atardecer sobre la laguna rodeada de árboles en Chascomús es tan impactante como sus edificios históricos. La Capilla de los Negros, el palacio municipal y la Vieja Estación son escenarios de historias, gastronomía, deportes náuticos y encuentros inolvidables.
Entre el Río de La Plata y las ruinas del Palacio Piria, la localidad de Ensenada con sus enormes murallones y playas invita a la exploración y el descanso. El lugar se vuelve muy popular en verano, con balnearios para todos los bolsillos y una importante oferta de platos salados y dulces. Además, a través de guías, la Reserva Natural de Punta Lara celebra jornadas mágicas en un ambiente original de la costa rioplatense donde habitan la mayor cantidad de pájaros de la Provincia. Requiere reserva previa.
A unos pocos kilómetros de allí, el Parque Provincial Pereyra Iraola, entre los distritos de Berazategui, Varela y La Plata, deslumbra con un camino de grandes especies vegetales que, con distintas alturas y tonalidades, llega hasta el famoso Árbol de las Luces: un rincón alucinante que resalta la diversidad natural de la provincia de Buenos Aires y es perfecto para disfrutar de juegos o lecturas bajo la sombra.
La diversidad natural y la riqueza cultural de la provincia de Buenos Aires permiten vivir sensaciones intensas. En cada encuentro y en cada lugar, es posible vivenciar un pedacito de paraíso en la tierra.