Con una larga tradición en la ciudad de Dolores, su origen se remonta a finales del siglo XIX. Sus protagonistas fueron dos empleadas domésticas y maestras reposteras Uruguayas que trabajaban para familias tradicionales del pago, los Martínez-Requejo y los de Espil-Letche.
La historia cuenta que para unas fiestas patrias del 25 de Mayo, las mujeres elaboraron la primera receta. Su preparativo consistía en elaborar capas muy finas -25 por la fecha patria- y untarlas con dulce de frutas. Más tarde, con su simpática alegría, salieron a venderlas en porciones por las calles de la ciudad.
Tiempo después, y luego de aprender la preparación, fueron las familias las que se encargaron de transmitir la receta a través de generaciones. Los Espil siguieron elaborando la Torta Argentina en su Panadería y recibieron -en 1917- el Primer Premio en la Exposición del Trabajo en Milán. Por su parte, los Martínez traspasaron sus conocimientos en su seno familiar y lo difundieron en los cursos de cocina profesional.
La Torta Argentina fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y todos los años tiene su fiesta en la ciudad que la vio nacer. En el evento se puede degustar la torta y disfrutar de diversas actividades. Se trata de celebrar una fecha patria acompañados por un manjar que, gracias a las reposteras y las familias dolorenses, es reconocido a nivel nacional e internacional.